Nazareth Olivera: "El posparto dura toda la vida; emocionalmente, ya nunca volvemos a ser las mismas"

La especialista Nazareth Olivera, más conocida como @comadronaenlaola, nos presenta su libro Ser mamá, un manual imprescindible para las futuras madres, que trata el embarazo, parto y posparto desde la evidencia científica y, a la vez, con una perspectiva respetuosa con el bebé y la mamá. Nazareth es mamá de tres hijos, comadrona y consultora de lactancia certificada.  

Su libro aborda temas como el desarrollo del embarazo, semana a semana, los cambios físicos y emocionales que se producen en la mujer, las pruebas médicas fundamentales, las recomendaciones nutricionales, las molestias y los remedios, la actividad física, la lactancia y el papel la pareja. En esta ocasión, nos centraremos en las preguntas más frecuentes que se realizan las mamás en la etapa del posparto, en los cuidados de la madre.

Posparto, cuarentena, puerperio… Diferentes nombres para hablar del período de posparto, que no suele tener tanta consideración como merece, puesto que se suele hablar mucho más del embarazo y el parto. Conozcamos un extracto de las respuestas de @comadronaenlaola a preguntas habituales de las mamás.

¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse el cuerpo de la mujer tras el embarazo y el parto? ¿Qué es la cuarentena? 

Desde una perspectiva médica, se suele hablar de seis semanas, la famosa cuarentena, para considerar que la mujer está recuperada, pero esto no es así realmente. Esta consideración de tiempo venía del hecho de que el período de sangrado dura en torno a seis semanas (aunque en muchas mujeres, el sangrado dura mucho menos) y, seguramente, se tomó esta referencia para establecer la duración del puerperio.

Sin embargo, el cuerpo de la mujer tarda mucho más tiempo en recuperarse del embarazo y el parto y volver al estado anterior. De hecho, la mujer nunca va a volver a estar igual que antes del embarazo, y no me refiero al aspecto estético, sino al hecho de que la mujer ha gestado un bebé que ha pasado por el canal del parto y, emocionalmente, nunca vuelve a ser la misma.

Cuando hablamos de la duración del posparto, ahora nos referimos más bien a un período de entre seis y doce meses, y a una recuperación tanto a nivel físico como a nivel emocional.

No obstante, si me preguntáis más concretamente qué pienso yo, diría que el posparto dura toda la vida. Una vez que tienes hijos, te preocupas cuando son bebés, de si comen o si duermen; cuando son pequeños, de si empiezan a hablar o a andar; cuando son adolescentes, de si tienen amigos, qué van a estudiar y a qué se van a dedicar en la vida… Sinceramente, yo creo que eso es algo que queda para siempre.

Qué son los entuertos o contracciones en el posparto 

Los entuertos son contracciones del útero, que es un órgano que también se contrae cuando menstruamos, para expulsar la sangre. En el posparto, el útero, que se ha distendido mucho para acoger al bebé, el líquido amniótico y la placenta, una vez nacido el pequeño, se contrae para proteger a la madre del sangrado excesivo. Cuando el útero se contrae fuertemente, se cierran los vasos sanguíneos que irrigaban la placenta, para evitar que la mujer sangre demasiado.

En el primer embarazo, estas contracciones uterinas suelen ser indoloras: las mujeres notan que el abdomen se pone duro y, sobre todo cuando el bebé está mamando, la oxitocina de la lactancia hace que el útero se contraiga, y esta sensación se puede percibir levemente.

Sin embargo, a partir del segundo embarazo (y tercero, cuarto o más), el útero ya ha estado más veces distendido y debe realizar un esfuerzo mayor para contraerse, nuevamente, con el fin de proteger a la mujer del sangrado excesivo. Así pues, los entuertos son mucho más perceptibles y dolorosos a partir del segundo embarazo. Se puede decir que, cuantos más embarazos, mayor es el dolor y la percepción que la mamá tiene de los entuertos.

Además, cuantos más embarazos se han tenido, los entuertos también duran más tiempo. Si una mujer en su primer embarazo no nota prácticamente los entuertos y estos duran unas 24 horas, a partir de segundo embarazo, pueden durar incluso dos o tres días.

El dolor puede ceder con un simple paracetamol o un ibuprofeno (que se pueden tomar en el posparto, incluso con lactancia materna), si es muy fuerte. Además, la mamá se puede aplicar calor.

El sangrado posparto o los loquios: ¿a qué se debe, cómo es y cuánto tiempo puede durar? 

El sangrado posparto se debe a dos causas:

1. Por un lado, cuando nace el bebé, la placenta tiene que expulsarse. En el emplazamiento en que la placenta estaba insertada en el útero, el endometrio (la pared interna del útero), queda una herida que puede sangrar un poco mientras el útero se contrae. 
2. Por otro lado, el resto del endometrio que recubre el útero también se desprende después del parto; es lo que se conoce como decidua. Al desprenderse esta decidua, se produce el sangrado que llamamos sangrado posparto. 

¿Qué señales nos pueden indicar que algo no va bien en lo que al sangrado posparto se refiere? 

Normalmente, en los tres o cuatro primeros días del posparto, el sangrado es muy abundante, como una regla muy abundante, con sangre fresca de color rojo brillante. Pero a partir del cuarto día, tiene que empezar a disminuir, y volverse menos rojo, menos intenso y en menos cantidad. Con el paso de los días y las semanas, el sangrado se va haciendo cada vez más escaso, de un color marrón rosáceo, para acabar siendo como un flujo muy amarillento.

Si después de esos cuatro días la mujer sigue sangrando mucho, es decir, tiene la sensación de tener que cambiarse la compresa cada media hora, podría tratarse de un sangrado excesivo, porque, aunque no es habitual, podrían haber quedado restos de placenta, o bien un trozo de la bolsa amniótica, etc. Estos restos impiden que el útero se contraiga para proteger del sangrado excesivo. Esta situación sería motivo de consulta.

Asimismo, debemos consultar si habíamos dejado de sangrar y, por ejemplo, a los diez días, volvemos a tener un sangrado abundante que no para: probablemente, se deba a que la mujer se sentía más recuperada y con más fuerzas y ha vuelto a estar más activa. En este caso, si se baja el ritmo, el sangrado cede. 

Los cuidados tras una cesárea

Una cesárea es un parto. Me duele saber que hay que mujeres que piensan que por tener una cesárea es como que no han parido. Han parido, porque han dado a luz a un bebé.

Sin embargo, una cesárea es una cirugía abdominal mayor. Si una persona que se opera de la rodilla tiene un tiempo de convalecencia y de cuidado, la mujer que ha sido intervenida con una cesárea también requiere esta convalecencia.

A veces, desde los mismos hospitales, también se espera que la mujer que ha tenido una cesárea se comporte como si no hubiese tenido una cirugía, y se le apresura a levantarse, ducharse, etc. La cesárea no es solo la herida que se ve en la piel: se ha separado la musculatura abdominal, el útero tiene una herida y es muy dolorosa. Por lo tanto, requiere los cuidados de una cirugía mayor: mucho reposo, analgesia, que todo el mundo cuide a la mamá, así como tratar la herida y mantenerla limpia y seca, que la mamá no esté sentada, sino recostada, que se levante de lado, sin generar presión abdominal, que se sujete la herida para toser, estornudar y levantarse, y, sobre todo, mucha paciencia y calma.

Vuelvo a insistir en que las mamás que han dado a luz por cesárea no se priven de tomar analgesia para el dolor: acaban de tener un bebé, con la exigencia que esto implica, y si además le dan el pecho, el esfuerzo aún es mayor.

A largo plazo, cuando pasan 4-8 semanas y la herida ya está cerrada y cicatrizada del todo, también se debe tratar. Masajes, vibración, fisioterapia, trabajo de suelo pélvico (que también puede estar afectado cuando el bebé nace por cesárea)… Son cuidados necesarios para recuperarse bien de la intervención.

¿Cuándo se pueden reiniciar las relaciones sexuales? 

La sexualidad entendida como mucho más que penetración (caricias, estimulación del clítoris, sexo oral…) es algo que muchas parejas tienen ganas de retomar poco después del parto, y no hay problema. Para retomar la penetración, se recomienda que cese el sangrado, que no haya dolor y que la herida de la episiotomía o el desgarro esté completamente cerrada.

Si hay dolor, se debe averiguar la causa y consultar: debido a los cambios hormonales, sobre todo si hay lactancia materna, la mucosa vaginal puede estar más seca y adelgazada, lo cual puede provocar molestias, como también sucede en la menopausia, por ejemplo. En este caso, simplemente con el uso de un lubricante o un hidratante vaginal, se puede mejorar mucho.

Si el dolor se debe a otra causa, como un tema muscular o relacionado con la cicatrización de las heridas, siempre hay que realizar una consulta médica. También es necesario valorar el estado del suelo pélvico, por si requiere de algún tipo de rehabilitación.

En cualquier caso, nunca hay que mantener relaciones sexuales con dolor; no tiene ningún sentido. La comunicación con la pareja es fundamental y, desgraciadamente, hay muchas parejas que no se comunican y muchas mujeres que soportan el dolor por no defraudar a la pareja. Esto nunca debería ser así.

Nazareth Olivera
Especialista y Asesora de Lactancia Certificada y madre de tres hijos
http://comadronaenlaola.com/hola/
@comadronaenlaola
Autora de Ser mamá (Grijalbo)